‘El chicle’ asegura que ‘forcejeó’ con la joven de Boiro ‘solo’ para robarle el móvil y que no intentó meterla en su coche
José Enrique Abuín Gey tiene pendiente el juicio por el asesinato, la agresión sexual y la detención ilegal, y en el Juzgado número 2 de Noia también hay una instrucción abierta por otro presunto atentado contra la integridad sexual de la hermana gemela de su mujer.

‘El chicle’ asegura que ‘forcejeó’ con la joven de Boiro ‘solo’ para robarle el móvil y que no intentó meterla en su coche

La joven que lo acusa de intentar raptarla el día de Navidad de 2017: 'Me dije: Intenta salir de aquí porque como cierre el maletero no sales viva'
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10/4/2019 12:03
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Actualizado: 11/4/2019 15:19
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José Enrique Abuín Gey, alias ‘el chicle’, ha asegurado hoy en el juicio que «forcejeó» con la joven en Boiro (A Coruña) «sólo» para robarle el teléfono móvil y ha negado que intentase meterle a la fuerza en su coche.

Ha relatado que el 25 de diciembre se encontraba en una calle de Boiro porque se había desplazado allí para robar gasoil, y que cuando encontró un vehículo que «le interesaba» para robar combustible aparcó su coche, un Alfa Romeo propiedad de su mujer, y se «acercó» a él.

Ha dicho que no logró abrir el depósito del turismo y que cuando volvía de regreso se topó con la joven «de frente».

«Como necesitaba dinero, le pedí el móvil. Solo fue eso, nada más. Forcejeamos y no me quiso dar el móvil, pero no recuerdo nada más», ha manifestado ante el tribunal de la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña, con sede en Santiago, que lo juzga por el intento de rapto y agresión sexual a esta joven en Boiro (A Coruña).

A preguntas de la Fiscalía, que ejerce la acusación, ha negado que esperase a la joven a propósito, que la empujase o que intentase meter a la fuerza a la mujer en el vehículo.

«Yo la dejé ir», ha asegurado.

También ha detallado que ella se negó a darle el móvil, pero que le ofreció a cambio dinero. «Me ofreció solo 20 euros, y un móvil vale más», ha dicho, en referencia al motivo por el que le insistió para que le entregase su terminal.

Ha negado que forzase a la víctima a entrar en su vehículo o que la amenazase para ello y ha añadido que «desde hace un par de años» está «operado» de un hombro, por lo que le cuesta levantar el brazo derecho.

«Con la mano izquierda creo que le agarré la mano del móvil y en la otra mano llevaba la palanca (de forzar el coche)», ha narrado, descartando que la amenazase con un objeto metálico.

Preguntado sobre si intentó meter a la joven en su vehículo ha respondido que «para nada», y también ha negado que la esperase para encontrarse con ella a propósito, que abriese el maletero de su coche o que la empujase.

«Eso no es verdad», ha asegurado. Además, ha sostenido que los hechos tuvieron lugar lejos de su vehículo, a unos cinco metros.

Ha dicho que «dejó ir» a la joven cuando acabó la «discusión». «Yo me fui para mi coche y ella se fue, incluso hizo por irse, se dio la vuelta. Yo la dejé ir», ha indicado, tras lo que ha reiterado que «el forcejeo era porque le quería sacar el móvil, nada más».

Sobre el momento de los hechos, ha reconocido que estaba anocheciendo, aunque «había luz» y ha asegurado que no vio a ningún testigo acercarse. «Yo no vi a nadie», ha afirmado.

Abuín está acusado de un delito de detención ilegal o, alternativamente, uno consumado de coacciones, así como de un intento de agresión sexual, robo con violencia e intimidación en grado de tentativa, un delito de amenazas y otro de lesiones.

La Fiscalía pide 15 añoy 10 meses de prisión y el abono de una indemnización de 15.750 euros, o alternativamente, 12 años y diez meses.

La identificación y detención de ‘el chicle’ por este suceso desencadenó el desenlace del caso por la desaparición de Diana Quer, ocurrida más de un año antes en un municipio cercano, A Pobra, y que había permanecido sin resolver durante 500 días.

En el Juzgado número 2 de Noia también hay una instrucción abierta por otro presunto atentado contra la integridad sexual de la hermana gemela de su mujer, cuando ésta era menor de edad. 

LA JOVEN CUENTA QUE LA AMENAZÓ CON UN CUCHILLO: ‘NO CHILLES, QUE TE RAJO’

La joven, que ha declarado tras un biombo para preservar su identidad, ha reconocido a ‘el chicle’ como el autor de la agresión, y ha contado que tras interceptarla en una calle de Boiro, la amenazó con un cuchillo y la «empujó» para meterla a la fuerza en el maletero de su vehículo.

«Me dije: ‘Intenta salir de aquí, porque como cierre el maletero, no sales más'», ha contado ante el tribunal.

Ha narrado que ‘el chicle’ la interceptó en una calle «poco iluminada» de Boiro mientras ella mantenía una conversación por Whatsapp, por lo que se dio «de bruces» con él, que se encontraba apoyado sobre su coche con la puerta abierta.

Según ha contado, éste le pidió entonces que le entregase el móvil, pero ella se negó y le ofreció a cambio dinero, algo que él no aceptó.

«El móvil era mi única forma de salvarme si en algún momento cerraba la puerta, para llamar a la Policía», ha dicho.

La joven ha relatado que Abuín Gey la amenazó con un cuchillo o un objeto metálico similar y le dijo «no chilles o te rajo», por lo que, ha admitido, temió por su vida.

También ha contado que ‘el chicle’ «cambió su actitud» de golpe y le preguntó si se llamaba Carla, tras lo que aseguró que todo se trataba de «una broma» encargada por «su novio».

Ella comenzó a caminar «hacia atrás» para huir del lugar, pero ‘el chicle’ la siguió. «Iba andando hacia atrás y él iba andando conmigo. No sabía ni qué hacer, tenía miedo de que, si me giraba, me clavase un cuchillo», ha manifestado.

En un momento dado, en el que éste no la «perdía de vista», la joven ha contado que se «abalanzó» sobre ella yterminó por «empujarla» hacia el maletero, donde llegó a entrar a excepción de las piernas y pudo observar que en el fondo había colocado «algo blanco, una sábana o una toalla».

Tras eso, ha continuado, trató de «incorporarse» en «estado de shock» para salir de él.

«Me dije: Intenta salir de aquí, porque como cierre el maletero, no sales más», ha contado.

El forcejeo fue escuchado por dos jóvenes que se encontraban en la zona, ha explicado la chica, y a quienes advirtió a su llegada que el agresor llevaba «un cuchillo».

Con ellos fue hasta un establecimiento cercano para llamar a la Policía.

La joven ha contado que memorizó parte de la matrícula del coche de Abuín y que lo identificó en una fotografía de varias que le fueron mostradas por los agentes.

Visiblemente afectada, la joven ha escuchado también la reproducción de un audio de Whatsapp que grabó accidentalmente durante los hechos y en el que puede escucharse a ‘el chicle’ pidiéndole reiteradamente que le entregue el móvil e instándola a que entrase en el coche, y a la víctima suplicándole que la deje ir.

El receptor del mensaje ha testificado que se asustó al recibirlo, que escuchaba discutir a su amiga con alguien, un varón.

Un agente de la Policía Judicial también ha indicado sin duda que es Abuín Gey el que habla, y que en el momento de su arresto espetó, según los efectivos: «Vaya circo estáis montando por el robo de un teléfono móvil».

Tras la agresión, la joven tuvo que recibir tratamiento hospitalario para sus lesiones y asistencia psicológica, con la que continúa en la actualidad.

Asimismo, ha dicho que sigue tomando tratamiento ansiolítico y que tiene pesadillas con los hechos.

«Me despierto cada dos horas, con cada ruido, y tengo que levantarme para ver si las puertas o las ventanas están bien cerradas», ha contado.

LA MADRE DE LA JOVEN: ‘EL CHICLE QUERÍA DESARMARLA, PORQUE IBA AL MISMO SITIO DONDE ESTABA DIANA’

La madre de la joven ha dicho que la única intención de ‘el chicle’ era «desarmar» a su hija quitándole el móvil para llevarla «al mismo sitio donde estaba Diana», en referencia a una nave abandonada de Asados.

Así lo ha manifestado tras la primera sesión del juicio, en compañía de Juan Carlos Quer, y ha calificado a ‘el chicle’ de «depredador».

«Esa persona no tiene que estar en la calle nunca, porque lo volverá a hacer, son reincidentes, y estaremos en peligro todos«, ha señalado.

«Iba al mismo sitio donde estaba Diana, una víctima más y Dios sabe cuantas habrá, porque no están estas dos solas», ha añadido.

Juan Carlos Quer, que ha seguido la vista desde dentro de la sala, ha destacado la «enorme valentía de una niña que ha resultado con un perjuicio emocional brutal después de esta agresión», así como las «incoherencias» de Enrique Abuín, «un depredador de niñas y de jóvenes».

Preguntado sobre qué sintió cuando escuchó el audio, Juan Carlos Quer se ha emocionado y ha dicho: «Miré al cielo».

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