Villarejo vuelve a prisión y anuncia que declarará en la comisión de Kitchen
El excomisario también sigue dispuesto a prestar declaración el próximo 12 de febrero en tres piezas del caso Tándem, así como de otros temas de los que ha pedido declarar voluntariamente y que, según su defensa, se le "viene rechazando sistemáticamente". Foto: EP

Villarejo vuelve a prisión y anuncia que declarará en la comisión de Kitchen

Su abogado va a instar una investigación sobre "el trato penitenciario" que está recibiendo
|
05/2/2021 11:35
|
Actualizado: 05/2/2021 11:44
|

El excomisario José Manuel Villarejo ha vuelto a la cárcel de Estremera (Madrid) tras varios días hospitalizado, y ha anunciado «su firme voluntad» de contestar «a todos y a todo» lo que se le pregunte en el Congreso de los Diputados en la comisión de Kitchen, pese a persistir sus dolencias.

Villarejo fue trasladado al Hospital Gregorio Marañón, de Madrid, el pasado lunes al sufrir graves molestias en un ojo, y ayer fue dado de alta tras cuatro días ingresado en el Servicio de Neurología.

Su abogado, Antonio José García Cabrera, ha difundido hoy un comunicado en el que informa lo que le ha trasladado su cliente, y ha anunciado que va a instar una investigación sobre el «trato penitenciario» que está recibiendo Villarejo.

Explica persisten los síntomas que obligaron al ingreso hospitalario de Villarejo, caracterizada por una intensa cefalea, sensación de mareo, gran dolor en la cuenca del ojo izquierdo, visión doble, pérdida de la movilidad del ojo izquierdo y caída del párpado izquierdo que sólo puede levantar con ayuda de la mano.

Según expone, tras realizársele varias pruebas, no ha podido ser establecida la causa exacta de las lesiones que presenta, «aunque se relacionan en principio con la hipertensión arterial crónica que padece, así como con una situación de estrés profundo y continuado, sin que hasta el momento se haya podido determinar que haya padecido un infarto o hemorragia cerebral, pero sí probablemente periférica con afectación de los nervios que permiten la movilidad del ojo y párpado izquierdo y, en menor medida, de la boca».

Informa que va a promover todas las acciones que sean necesarias para que se realice «una investigación, profunda y efectiva, del trato penitenciario recibido».

Señala que pese a su actual situación física, Villarejo sigue manifestando su voluntad de prestar las tres declaraciones judiciales fijadas en el Juzgado Central de Instrucción 6 de la Audiencia Nacional para el próximo día 12 de febrero, así como sobre otros temas de los que ha pedido declarar voluntariamente, que recoge en su escrito del pasado 1 de noviembre,  y que, según su abogado, se le «viene rechazando sistemáticamente».

Cabrera también señala que su cliente le ha manifestado su firme voluntad de contestar «a todos y a todo lo que se le pregunte en la Comisión de Investigación del Congreso, «con la inequívoca voluntad de que los españoles puedan conocer completamente todas sus actividades al servicio de la Seguridad del Estado con los distintos Gobiernos de España».

RECUPERACIÓN LENTA Y TRATO ‘DEGRADANTE’

Cabrera indica que la recuperación de Villarejo será lenta y probablemente se extenderá durante varios meses, pudiendo requerir de un tratamiento médico o quirúrgico posterior.

El abogado denuncia en su comunicado que su cliente ha sufrido «distintas situaciones degradantes» en prisión, «con continuos registros en su celda.

Alude a «numerosos cacheos alguno de ellos integralmente desnudo -uno de los cuales el juzgado central de vigilancia penitenciaria declaró vulnerador de sus derechos fundamentales-, intervención de todas sus comunicaciones incluso las íntimas mantenidas con su esposa, administración forzada de medicamentos por vía oral para reducir artificialmente su tensión a fin de que pudiera comparecer judicialmente, numerosas incomunicaciones en la celda con aislamientos continuados durante hasta 24 días consecutivos las 24 horas del día».

Afirma también que ha tenido que compartir celda «durante 45 días, en las reducidísimas dimensiones de su celda, con un enfermo esquizofrénico condenado por asesinato con graves alteraciones de conducta, entre ellas bracear continuamente como si estuviera en una imaginaria carrera, fumando continuamente, etc».

Dice que rodo ello ha sido descrito por Villarejo como «una montaña rusa emocional», que ha ido minando poco a poco su resistencia física y psíquica.

El letrado relaciona el actual cuadro médico de su cliente con la situación de su celda tras regresar Villarejo del juicio el pasado 15 de enero por presuntas injurias al exjefe del CNI Félix Sanz Roldán, del que fue absuelto.

Explica que pese a ser desplazado al lugar de la vista en ambulancia y no tener contacto directo con nadie -más allá de su presencia en estrados con cierto contacto con su abogado- a su regreso a Extremera fue directamente aislado en su celda hasta la tarde noche del 29 de enero a las 19.30 horas aproximadamente; cuando el protocolo de aislamiento establece un periodo normal de 7-10 días.

Según denuncia Cabrera, durante esos 15 días, Villarejo no pudo realizar ejercicio físico ni siquiera pasear por el patio, permaneciendo en la celda todo el día con la única excepción de la realización de las llamadas telefónicas autorizadas.

El letrado, presidente ejecutivo del despacho Lemat Abogados de Granada, recuerda que las reglas mínimas de las Naciones Unidas para el tratamiento de los reclusos (Reglas Nelson Mandela) determinan que las restricciones nunca deben equivaler a tortura u otro trato inhumano o degradante, incluida la prohibición del aislamiento solitario prolongado (es decir, más de 15 días consecutivos).

Además, dice que en esos días no funcionaba la calefacción de su celda ni el agua caliente de la ducha, que además se anegaba generando gran cantidad de agua por la celda.

Según manifiesta, esta situación fue comunicada el 16 de enero, pero que no fue subsanada hasta el 1 de febrero, el mismo día que fue trasladado al hospital.

Cabrera expresa también que esa situación provocó que Villarejo, para intentar mitigar el frío intenso -hasta 12 grados centígrados bajo cero en el exterior-, tuviera que permanecer todo el día vestido tumbado en su litera con la única protección de su edredón.

Relata que tras padecer varios días con fuertes dolores de cabeza, agotamiento extremo, con una tensión arterial aproximada de 180/110, mareos y dolor en el ojo izquierdo, el 30 de enero por la noche empezó a tener visión doble, limitación de la movilidad del ojo izquierdo y caída del párpado hasta casi cerrarse.

Cabrera señala que al día siguiente, a las ocho de la mañana, pidió ayuda a un funcionario y que pese a ello, no fue atendido en la enfermería del Centro hasta las siete de la tarde, sin que pudiera ser visto por ningún médico porque todos estaban de baja, motivo por el cual no pudo ordenarse su traslado a un centro hospitalario.

Fue el pasado 1 de febrero cuando se le llevó nuevamente a enfermería, donde fue reconocido por dos médicos, que de inmediato indicaron su traslado urgente a un hospital, «tras muchas horas de evolución de sus lesiones que hubieran precisado una atención hospitalaria urgente de forma inmediata».

Noticias Relacionadas:
Lo último en Tribunales