El TSJCyL confirma cuatro años y medio de cárcel para un hombre por extorsionar a un vendedor de cupones de la ONCE
Lo hizo durante casi tres años y logró cerca de 7.000 euros bajo amenazas de darle a él y a su padre una paliza.

El TSJCyL confirma cuatro años y medio de cárcel para un hombre por extorsionar a un vendedor de cupones de la ONCE

Tendrá que indemnizarlo con 6.930 euros por el daño material y con 12.000 euros por daño moral
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14/4/2021 12:49
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Actualizado: 14/4/2021 13:03
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El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL) ha confirmado una pena de cuatro años y seis meses de cárcel para un hombre por extorsionar a una persona con una discapacidad.

Ha sido condenado por un delito continuado de extorsión, con la concurrencia de la circunstancia agravante de abuso
de superioridad.

Además de la pena de cárcel, se le ha impuesto durante siete años la prohibición de aproximarse a menos de 500 metros a la víctima, su vivienda y lugares que frecuente, así como la prohibición de establecer contacto escrito, verbal o visual con él durante el mismo periodo.

En concepto de responsabilidad civil, tendrá que indemnizarlo con 6.930 euros por el daño material y con 12.000 euros por daño moral.

Además, tendrá que pagar las costas, incluidas las de la acusación particular.

El tribunal de la Sala de lo Civil y Penal ha desestimado el recurso de apelación del condenado, llamado Jesús Luis, contra la sentencia de la Audiencia Provincial de Valladolid (Sección Segunda) que le impuso esta pena en diciembre de 2020.

La sentencia del TSJ, número 27/2021, está fechada a 5 de abril y se ha conocido hoy.

La firman los magistrados José Luis Concepción Rodríguez (presidente del tribunal y del TSJ), e Ignacio María de las Rivas Aramburu (ponente), y Carlos Javier Alvarez Fernández.

Contra esta resolución cabe ahora recurso de casación por infracción de ley y por quebrantamiento de forma ante el Tribunal Supremo.

LOS HECHOS PROBADOS

Según los hechos probados, el condenado, convenció a un hombre para que le entregase dinero, diciéndole que tenía un familiar enfermo y que lo necesitaba, consiguiendo en ese momento que le diera 70 euros.

Pocos días después, situándonos al menos en octubre de 2015, el condenado volvió a acercarse a él pidiéndole de nuevo dinero, a lo que este se negó y entonces el acusado, aprovechándose de la discapacidad de este, le dijo que si no accedía a darle dinero le iba a propinar una paliza a él y a su padre, persona de edad avanzada, ante lo cual éste, sintiéndose atemorizado, le entregó el dinero.

A partir de ese momento, el condenado comenzó a exigirle dinero, de la misma manera y bajo la advertencia de darle una paliza a él y su familia, por lo que la víctima le entregaba, al menos cada semana, cantidades que oscilaban entre los 50 a 80 euros, llegando en algunas de ellas a darle hasta 200 euros, que procedían fundamentalmente de la recaudación de los cupones.

Estos hechos tuvieron lugar en la localidad de la provincia de Valladolid y se prolongaron hasta el 18 de noviembre de 2016, cuando la víctima cayó de baja médica por incapacidad con un cuadro ansioso-depresivo y de alteración del comportamiento.

Desde esta fecha permaneció en otra localidad.

La Audiencia expone que el 23 de mayo de 2017 se le revisó la discapacidad reconociéndole un grado del 68% al haberse agravado el que tenía anteriormente, valorándose su retraso mental moderado y su trastorno de la afectividad.

Posteriormente fue jubilado, en julio de 2017, declarando la incapacidad permanente absoluta del mismo para todo tipo de trabajo.

Según expone la Audiencia, el condenado, al no encontrar a la víctima en la localidad, lo buscó y se presentó en el otro municipio al que se había trasladado preguntando por él para tratar de localizarle y encontrarle a solas a fin de seguir exigiéndole dinero.

Lo localizó en dicha localidad en noviembre de 2017, volviendo a pedirle dinero, así como su número de teléfono, amenazándole con propinarle una paliza a él o a su padre si no lo hacía.

El hombre, atemorizado, accedió a sus peticiones dándole su número de teléfono.

De esta manera, el condenado comenzó a realizar numerosas llamadas telefónicas para exigirle la entrega de dinero y, al menos, desde el mes de noviembre de 2017 hasta el 4 de octubre de 2018, día anterior a la denuncia, acudía semanalmente a la localidad en la que estaba, recibiendo dinero de la víctima, «bajo la amenaza de darle una paliza a él o a su padre y aprovechándose de la discapacidad del mismo».

Se ha comprobado que en el periodo comprendido entre el 30 de agosto de 2018 hasta el 15 de diciembre de 2018 lo llamó un total de 83 veces al teléfono.

La cantidad total de dinero que obtuvo de esta forma se estima en 6.930 euros.

A raíz de estos hechos, la víctima desarrolló un síndrome ansioso depresivo, y que ha necesitado tratamiento médico, farmacológico y terapéutico.

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