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Cartas desde Londres: Así funciona el sistema notificación de demandas civiles en Inglaterra y Gales (III)

Cartas desde Londres: Así funciona el sistema notificación de demandas civiles en Inglaterra y Gales (III)
Las grabaciones en vídeo con "Smart Phones" son pruebas válidas para demostrar que se ha hecho la notificación.
03/1/2023 06:49
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Actualizado: 21/2/2023 11:59
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Decía el gran Paco Umbral que el destino, el azar, los dioses, no suelen mandar grandes emisarios en caballo blanco, ni en el correo del Zar. El destino, en todas sus versiones, utiliza siempre heraldos humildes.

No sé yo si tendría en mente a algún acto de notificación del juzgado, pero está claro que esos humildes mensajeros bien podrían ser nuestros amigos en el asunto Yakovlevick contra Mikhelson [2015] EWHC 3065.

Como recordán, a estos notificadores se les encomendó la simpática tarea de darle el formulario de demanda y el resto de documentos al demandado, el moscovita Leonid Mikhelson, aprovechando su breve estancia en Londres.

De esta manera el acto de notificación se daría por cumplido de conformidad con la regla procesal CPR 6.5(3), interpretada por la Cámara de los Lores en el asunto ‘Kenneth Allison’ al permitir la entrega de la documentación en mano o, en caso que el demandado la rechace, dejándosela al ladito.

El problema es que Yakovlevick y su hija pudieron evitar los reiterados intentos de notificación en una sala de arte londinense en una exhibición de escapismo al mejor estilo de Houdini encadenado y metido bocabajo en un tanque lleno de agua.

Y aquí radicaba el problema: ¿Debía entenderse efectuada la notificación o, por el contrario los notificadores contratados por el demandante por habían fracasado en su empeño?

LA NOTIFICACIÓN DE LA DEMANDA BAJO EL PRISMA DE  ‘STAR WARS’

Pues efectivamente, el Alto Tribunal comercial de Londres resolvió el dilema en la sentencia Alexandre Yakovlevick Tseitline v Leonid Victorovich Mikhelson & ors [2015] EWHC 3065 y, como podrán comprobar desarrolló los motivos para entender si la demanda había sido correctamente notificada al anguiloso demandado.

Para ello, la ‘High Court’ de Inglaterra y Gales se sirvió de la ‘authority’ en la materia, es decir, el el asunto Kenneth Allison resuelto por la Cámara de los Lores, y estando claro que la entrega por las buenas no había sido aceptada, era necesario examinar si se había dejado correctamente al demandado.

Es importante tener en cuenta que la carga de la prueba recae en el demandante, quien deberá demostrar que se ha efectuado la notificación personal correctamente, aportando todos aquellos medios de prueba que tenga y que, como veremos, están cambiando con los tiempos actuales.

¿Pero qué quiere decir “dejar los documentos al demandado”?

El tribunal británico advirtió que, según el precedente en Kenneth Allison, los documentos se habrán “dejado en poder” del demandado si éste ha recibido “un grado suficiente de posesión del documento que le permita ejercer dominio sobre él durante cualquier período de tiempo, por breve que sea”.

Pero además debe existir un elemento de informar al demandado, ya que además de dejar el sobre al demandado, este debe “adquirir el conocimiento de que se trata de un documento legal que requiere su atención en relación con un procedimiento [judicial]”.

Está claro que este requisito se cumple con una mera explicación de qué se trata o incluso de la conducta en el momento de la entrega de la documentación o de intentar la notificación, incluida la misma conducta del demandado de eludir la notificación efectiva.

Y es aquí donde debemos volver al escenario de la sala de arte.

Recordarán que tras informar a la hija de Yakovlevick y que esta tradujera a su padre que se estaba notificando una demanda, uno de los notificadores, como si de Luke Skywalker a los mandos de su X-wing se tratara, consiguió colocar el sobre en el estrechísimo margen que había entre el brazo y el cuerpo del demandado, logrando que se sostuviera durante unos instantes.

Y efectivamente, como sucedió con la Estrella de la Muerte, la ‘High Court’ de Inglaterra y Gales consideró que el disparo del notificador había sido acertado y, por tanto, la demanda había sido debidamente notificada a Leonid Mikhelson.

Está claro que los actos de notificación en persona en la jurisdicción de Inglaterra y Gales no son siempre fáciles y son muy propensos a las discusiones, aunque también existan las notificaciones efectuadas por los propios tribunales.

De tal manera, tal y como sucedió en el asunto Yakovlevick, se va imponiendo con buen criterio la costumbre de grabar estos actos de notificación en vídeo sobre todo ahora con los teléfonos móviles, especialmente cuando ya se prevé que haya una especial reticencia del demandado a ser notificado y tome las de Villadiego.

De hecho, en gran medida el emplazamiento fue considerado correctamente efectuado gracias al vídeo que grabaron los notificadores y no de las declaraciones de los testigos, ya que como es bien sabido a un lado y otro del Canal, a las testificales las carga el diablo.

En Inglaterra y Gales le corresponde al demandante comunicar al demandado su demanda y para ello debe demostrar que ha realizado la notificación personal correctamente.

OTROS CASOS CURIOSOS DE NOTIFICACIÓN PERSONAL

Como se imaginarán, la práctica de la notificación de demandas ha dado lugar a un sinfín de supuestos, ya que la diversidad de situaciones y complejidad de los emplazamientos a demandados díscolos y con alta resistencia a la reclamación del prójimo puede llegar a situaciones límite.

Pero para solventar estos casos, el precedente en el caso de Kenneth Allison siempre está disponible, incluso aunque se trate de casos con sustancia penal.

Veamos a continuación algunos ejemplos recientes e ilustrativos de la naturaleza humana.

El primero de ellos es el asunto North Warwickshire Borough Council contra Aylett and Ors [2022] EWHC 2458 (KB) del pasado 12 de septiembre de 2022; es decir, acabado de salir del horno judicial británico.

El supuesto es el siguiente:

Tamworth es una ciudad del Condado de Staffordshire, al lado de Birmingham y donde se ubican las instalaciones de una gran compañía petrolera que hay en la zona. Esto motiva que se produzcan unas airadas protestas por un gran grupo de personas concienciadas contra el uso de combustibles fósiles, el calentamiento global y demás.

Total que hartos de tanta manifestación y bullas que llegan a unos límites importantes, el Ayuntamiento de la localidad decide irse al juzgado contra los tres cabecillas y obtiene una medida cautelar para proteger el lugar y que consiste en prohibir las protestas, incluyendo además una notificación de carácter penal.

Con la notificación en la mano, el Ayuntamiento intenta entonces notificar la orden judicial a los manifestantes y en concreto a los tres demandados como responsables del jolgorio.

Sin embargo, los manifestantes deciden permanecer en el lugar, continuando con las protestas y demás jaranas propias este tipo de eventos multitudinarios.

Y así, ni corto ni perezoso, el Ayuntamiento pone la directa y solicita entonces el ingreso en prisión de los demandados por desacato al tribunal dado que han incumplido la orden judicial que prohibía las protestas y aquí es donde se planteó la cuestión ante la ‘High Court’ de Londres sobre si la notificación había sido correctamente efectuada.

O no.

Stephanie Aylett, Sean Irish y Callum Goode, los tres activistas contra el uso de combustibles fósiles de los que habla Josep Gálvez en su columna. Los tres forman parte del grupo «Just Stop Oil». Sean Irish fue condenado a dos años de cárcel que quedó suspendida. Stephanie Aylett y Callum Good fueron absueltos ya que jamás recibieron la notificación.

LA DECISIÓN EN EL CASO

Pues bien, para resolver el caso la ‘High Court’ examina nuevamente en detalle todo lo que sucedió cuando el Ayuntamiento de Tamworth intentó notificar la orden judicial a los demandados y responsables de las protestas.

Por hacerlo corto, el tribunal llegó a la conclusión de que efectivamente, uno de los demandados había sido notificado personalmente.

Según las pruebas, uno de los responsables había hablado directamente con el notificador en la entrada de un túnel excavado por los manifestantes, le había entregado una copia del requerimiento judicial y además le había informado de la naturaleza de los documentos.

Peeeeeeero, el Tribunal consideró que los otros dos demandados no habían sido notificados correctamente.

Curiosamente, esto se debió a que, según las pruebas, los otros responsables se encontraban más adentro del túnel, no recibieron ningún documento y además no había pruebas de que el notificador les hubiera dirigido la palabra o siquiera que estuvieran al tanto de su presencia en el túnel.

En consecuencia, la solicitud de desacato se desestimó precisamente por falta de notificación a los otros dos cabecillas.

Así que ya lo saben, si alguna vez se encuentran en el túnel y hay una luz al final, sobre todo eviten que les notifiquen, no sea que se trate de una orden judicial.

En fin, seguiremos con más casos la semana que viene.

Por cierto, que tengan un feliz 2023.

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