El calvario para la doctora Pinto continúa: Se pospone el juicio contra López Madrid y Villarejo hasta noviembre de 2025
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03/10/2024 14:27
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Actualizado: 03/10/2024 14:29
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«Los acusados han tratado repetidas veces de que este juicio no se celebrara. La defensa de López Madrid solicitó varias suspensiones, primero, por falta de tiempo para preparar la causa. Y cuando ya era inminente, a tres días de comenzar, el 30 de septiembre, uno de sus abogados alegó que estaba estresado por su trabajo. Sin presentar ninguna baja médica o laboral, el Juzgado aceptó su alegación y suspendió la celebración del juicio. Como estaba buscando López Madrid», afirma indignada Ana Blanco, la abogada de la doctora Elisa Pinto, la víctima en esta causa.
«Hace tres semanas presenté ante el Juzgado de lo Penal 10 un certificado médico que demostraba que mi cliente, la doctora Pinto, sufría estrés post traumático. Ella quiere que se celebre el juicio. Lo que no es de recibo es que el aplazamiento no sea por unos días sino por un año. Lo han fijado para que comience el 6 de octubre de 2025. El abogado de Villarejo ya ha informado que en esas fechas tiene otro juicio y en enero de 2026 otro, por lo que este tendría que postponerse hasta mediados de 2026. ¡Un año y medio, casi dos!», explica con un tono de exasperación en su voz.
«La estrategia de López Madrid ha sido retrasar el juicio todo lo posible. ¿Por qué? Es evidente que lo que se va a contar no le viene bien. Porque la historia de Elisa Pinto, lo que ha tenido que pasar, se asemeja mucho a la de Nevenka Fernández. Lo que es indignante es que la Justicia caiga en estas trampas y no haga su trabajo, que era celebrar el juicio», subraya.
La Fiscalía Provincial de Madrid solicita en su escrito de acusación 13 años y dos meses de cárcel para López Madrid y para Villarejo. 3 años por un delito continuado de coacciones, 1 año y 18 meses por amenazas, 1 año y 6 meses por otro delito contra la Administración de Justicia, y 3 años y 6 meses por delitos de lesiones.
EL ORIGEN DE LA CAUSA
Los hechos que han dado lugar a esta causa se remontan a 2012, cuando la doctora Pinto, jefa del servicio de dermatología del Hospital San Camilo, conoció a la familia de López Madrid en su calidad de médico especialista. Al año siguiente, entabló con él una relación que se describió como de «estrecha» amistad.
Según la Fiscalía, a partir de ese momento y hasta septiembre de 2013, la doctora comenzó a recibir regalos, mensajes de carácter sexual, fotos explícitas intercambiadas de manera mutua, y a tener encuentros «casuales» en lugares públicos como tiendas, restaurantes y su lugar de trabajo. Durante ese periodo también mantuvieron largas conversaciones telefónicas y comunicación por correo electrónico.
En septiembre de 2013, López Madrid contactó a Villarejo, quien en ese momento era comisario adjunto a la Dirección Adjunta Operativa de la Policía. Según el Ministerio Público, el propósito de ese contacto era hostigar a Pinto y evitar que lo denunciara, así como utilizar los recursos policiales para desacreditar las acusaciones en su contra.
Entre septiembre y diciembre, la doctora Pinto comenzó a recibir llamadas y mensajes amenazantes de López Madrid. En ellos, le advertía que había contratado a un comisario, al que describía como parte de «las cloacas del Estado», para que le ayudara a «solucionar su resistencia». Según López Madrid, este comisario era experto en fabricar coartadas falsas y en poner «en su sitio» a mujeres como ella, o a quienes trabajaban para él.
Al principio, las llamadas eran anónimas, realizadas por una mujer con la voz distorsionada. La contactaban tanto en su móvil personal como en el teléfono fijo de su casa, con amenazas como: «Puta, no te acerques a López Madrid, me vale madres llevarte por delante». También recibió llamadas en otro número personal desde teléfonos de prepago, adquiridos con identidades falsas, que se iban cambiando con frecuencia.
La Fiscalía sostiene que, el 10 de diciembre de 2013, López Madrid y Villarejo se reunieron en las oficinas de CENYT, la empresa de Villarejo en Torre Picasso. Después, fueron a la consulta de la doctora y la hostigaron nuevamente. Le advirtieron que la estaban vigilando y que la Policía la visitaría si no dejaba de presentar denuncias. Diez días después, durante más de una semana, la doctora fue intimidada «reiteradamente» por personas desconocidas que, según la Fiscalía, actuaban bajo órdenes de los acusados.
LOS ACTOS TENÍAN EL PROPÓSITO DE ALTERAR LA TRANQUILIDAD DE LA DOCTORA
El Ministerio Público subrayó que estos actos tenían el claro propósito de alterar la seguridad y tranquilidad de la doctora, con el objetivo de impedirle actuar con libertad.
Las acciones continuas y «reiteradas» de los acusados dejaron claro que Pinto estaba siendo vigilada y perseguida. Estos hechos afectaron gravemente su vida y la de su familia, tanto que tuvo que contratar seguridad privada, sus hijos dejaron de ir al parque y ella dejó de conducir durante al menos seis años.
Entre el 20 de diciembre y el 29 de marzo, la Fiscalía contabiliza once incidentes, entre ellos un desconocido que se acercó a la puerta del colegio donde estudiaba el hijo de la doctora, de 10 años, para decirle «también estamos pendientes de vosotros».
También recibió llamadas donde la amenazaban con frases como «vamos a seguir puta» o «te vamos a matar».
Las amenazas continuaron hasta principios de 2015. Entre los mensajes enviados por los acusados figuraban insultos como «Puta loca judía» y otros que hacían referencia al poder de López Madrid: «¿Sabes que quien nos paga se fue a ver tranquilo el partido a Lisboa en un avión privado mientras tú permaneces encerrada? Recuerda: dinero y poder. ¡Estás muerta!».
Otro mensaje inquietante decía: «Que tu hijo estuviese delante no fue un accidente… Dolor… Más y más dolor… Les has cambiado de cole, ¿crees que es más seguro?».
En cuanto a las agresiones, la primera ocurrió el 13 de enero de 2014, cuando Pinto estaba en su coche. Un desconocido entró en el vehículo y, «blandiendo un cuchillo», se lo clavó en el hombro mientras le decía: «Estás indefensa».
La segunda agresión fue el 10 de abril del mismo año. Pinto iba con su hijo menor en su coche y, al bajarse en la calle Triana para buscar el alzador del niño, fue atacada por Villarejo. Según la Fiscalía, él le cortó el abdomen por encima de la blusa con un arma afilada mientras le advertía: «López Madrid quiere que cierres la boca».
El Ministerio Público destacó que la doctora denunció estos actos de hostigamiento hasta en 15 ocasiones.
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