La Ley, en el centro, flanqueada por la Justicia -a la izquierda- y el Derecho -a la derecha-, conjunto escultórico del Tribunal Supremo, obra de Miguel Blay. Confilegal.
El Tribunal Supremo “corrige” al CGPJ y le ordena que devuelva el correo electrónico oficial al juez Fernando Presencia
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21/7/2016 14:28
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Actualizado: 15/1/2021 12:42
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La Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo ha “corregido” al Consejo General del Poder Judicial por privar al juez Fernando Presencia de su correo electrónico oficial –el que tienen todos y cada uno de los jueces españoles- y ha ordenado al órgano de gobierno de los jueces, en una medida cautelarísima, que le sea devuelto.
“Corriges” y “te corrigen”, es ley de vida.
Ayer la Comisión Permanente “corrigió” al promotor de la Acción Disciplinaria y le ordenó reabrir el caso de la juez que le preguntó a una mujer si había cerrado bien las piernas cuando fue agredida.
Y hoy es la Sala Tercera del Supremo, la que “corrige” a esa Comisión Permanente por privar al juez Presencia de su correo oficial, terminado en @poderjudicial.es.
Aunque para decir verdad, la “corrección” del Supremo es anterior, del 11 de julio. El tribunal, formado por Luis María Díez-Picazo, presidente, a su vez, de la Sala, y los magistrados Pedro Yagüe, Jorge Rodríguez-Zapata, Manuel Garzón, Segundo Menéndez y Octavio Herrero, le da así una sonora colleja a los ocho miembros de la Comisión Permanente que tomaron esa decisión.
Dicho órgano decidió privar a Presencia de su correo electrónico corporativo el 16 de febrero pasado tras conocer que se había acordado un auto de apertura de juicio oral contra su persona.
Paradójicamente, aquella decisión privó al propio CGPJ de su vía natural y directa de notificar sus decisiones disciplinarias al propio Presencia. Un tiro en el propio pie.
Y ante tal situación ha recurrido a publicarlas en el Boletín Oficial del Estado o a comunicárselas a través de la fuerza pública, con detención incluida, en una ocasión.
Presencia ha llegado, incluso, a denunciar al CGPJ por ello ante el Defensor del Pueblo.
El juez, que fue condenado recientemente a diez años de inhabilitación –sentencia que todavía no es firme y que ha recurrido ante el Tribunal Supremo-, recurrió ante el Alto Tribunal para que se le devolviera su correo electrónico corporativo.
“La suspensión de funciones se ha acordado con carácter provisional y cautelar, sin que por ello deje de ser juez en activo. No existe previsión legal o estatutaria para que el CENDOJ (Centro de Documentación Judicial del CGPJ, órgano que administra los correos) me deshabilite como usuario del correo electrónico”, decía en su recurso.
“La situación es tan tremenda y absurda que ni siquiera se sabe oficialmente quién ha dado la orden y por qué”, añade.
EL SUPREMO LE DA LA RAZÓN
En el auto, del que ha sido ponente Pedro Yagüe, y al que no se ha opuesto el abogado del Estado, se le da la razón a Presencia, apelando al artículo 130 de la Ley Jurisdiccional 29/98.
En esencia, lo que viene a decir el auto es que la privación del correo electrónico al mencionado juez no está produciendo ningún beneficio a la Justicia –al contrario- y sí podría estar provocando una lesión a Presencia, por ello, que podría llegar a ser irreparable.
Presencia, que ha recibido hoy la comunicación del auto del Supremo, se ha puesto en contacto, de inmediato, con el servicio de informática del CGPJ para saber cuándo podrá tener acceso de nuevo a su correo oficial.
“El informático me dijo que había oído hace unos días que se había emitido un auto y que preguntó que qué se iba a hacer”, explica Presencia a Confilegal.
“Me ha contestado que le dijeron que hasta que no recibiera órdenes expresas, que no hiciera nada. El auto tiene fecha de 11 de julio. Estamos a 21. Han pasado 11 días. Me gustaría que me lo devolvieran, al menos, con la misma rapidez que como me lo quitaron, pero parece que no va a ser así”, añadió.
Sin embargo, Presencia está muy contento: “No lo dice el auto, pero se desprende de su decisión. El CGPJ me quitó ilegalmente mi correo electrónico oficial. Luego, todas las comunicaciones realizadas ahora, por otros medios, son ilegales. Nulas. Y, otra cosa: demuestra que no soy un delincuente, que es lo que se ha querido hacer creer a todo el mundo. Lo lógico hubiera sido que me hubieran tenido el correo electrónico para comunicarme todo, pero se dieron mucha prisa para quitármelo. ¿Por qué? Ahora el Supremo les ha dicho que estaba mal. Muy mal”.
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