El delator de la Gürtel asegura que Correa tenía un «poder inmenso» en el PP
José Luis Peñas, el denunciante de la trama Gürtel y exconcejal del Ayuntamiento de Majadahonda. (EP)

El delator de la Gürtel asegura que Correa tenía un «poder inmenso» en el PP

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14/12/2016 05:58
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Actualizado: 14/12/2016 00:08
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Este martes llegaba, por fin, la declaración de José Luis Peñas, el exconcejal que denunció a Francisco Correa en 2007, tras grabarle durante 2 años, y que dio origen a la investigación y posterior detención en 2009 de todos los cabecillas de la trama Gürtel.

Peñas no ha defraudado. Ha dejado un montón de titulares en su declaración. El primero que el cabecilla de la Gürtel, Francisco Correa, tenía un «poder inmenso» en el PP, el segundo que  era «la persona a la derecha del presidente» José María Aznar.

Y así durante toda su comparencia.

El exconcejal de Majadahonda ha llegado a afirmar que Correa «era una persona importantísima en el Partido Popular» cuando le conoció en 2001 y tenía «un poder inmenso».  «Sin necesidad de estar en la ejecutiva era la persona que estaba al lado del presidente haciendo los actos, haciéndole ganar campañas», ha dicho en referencia a Aznar.

Peñas ha relatado cómo el cabecilla de Gürtel organizaba «todos los actos del PP» y ello le servía de «pantalla» para luego introducirse en las instituciones gobernadas por el partido, con el objetivo de obtener adjudicaciones públicas con contratos «amañados» y beneficiarse de comisiones por operaciones inmobiliarias.

Según ha explicado Peñas a la fiscal Concepción Nicolás, Correa y sus empresas sacaban el mayor beneficio económico como intermediarios en la compra-venta de suelo público. Consiguiendo que los terrenos se adjudicaran a constructoras con las que colaboraban, a cambio «de un tanto por ciento establecido». «De ahí vienen realmente los cuarenta y tantos millones de Suiza», ha destacado.

También ha puesto de manifiesto que este enriquecimiento les resultaba sencillo dada su estrecha relación con el PP –«el partido que maneja las instituciones», ha dicho–. «Siempre salían ganando, tenían los tentáculos necesarios para ello», ha subrayado.

Correa lo conseguía, porque era capaz de mantener «una excelente relación con el alcalde» de turno del PP: «A partir de ahí consigue todo lo que necesita».

A pesar de todas estas operativas irregulares, el exconcejal ha asegurado que Correa no tenía conciencia de estar delinquiendo y «no sabía lo que era el cohecho». «Para él era una actuación absolutamente normal» y como mucho, ha detallado, pensaba que era un delito fiscal.

«Esa era su mentalidad. Pensaba que si la obra se iba a adjudicar, qué más daba a uno o a otro. Si ganaba el que presentaba él, que era bueno, y le daba una caja de zapatos (con dinero), qué más daba», ha agregado.

SUS INICIOS EN EL PP

El denunciante de la trama Gürtel ha relatado que conoció al exalcalde de Majadahonda, Guillermo Ortega, cuando éste era secretario de Organización del PP de Madrid y el presidente de los ‘populares’ madrileño era Pío García-Escudero, actual presidente del Senado.

«Era una persona con mucho poder en el partido», ha añadido en relación a Ortega, ya que su cargo le permitía «llevar a ministros» a pueblos, ha explicado. Peñas ha relatado que Ortega le pidió que le «echase una mano» cuando estaba estudiando un máster y ha constatado que, a partir de ese momento, empezó sus labores con el PP como concejal de Parla (Madrid).

Ha asegurado que conoció a Francisco Correa cuando empezó a trabajar como asesor del exalcalde de Majadahonda Guillermo Ortega, aunque ha afirmado que entre 2001 y 2005 -cuando empezó a grabarle- solo le vio en cuatro o cinco ocasiones, una de ellas en su boda.  Y ha reconocido también que Correa le pagó el viaje de novios a isla Mauricio.

POR QUÉ COMENZÓ CON LAS GABACIONES

Peñas ha relatado cómo empezó a grabar las conversaciones con un «rudimentario aparato» que llevaba en el bolsillo, lo que hizo cuando se dio cuenta de que la organización de Correa, una nave que comandaba «con el timón firme», «no era una red de amigos».

«Soy funcionario y me podía haber ido a mi puesto de funcionario tranquilamente a trabajar, podía haberme metido hasta dentro en la organización de Correa, pero nunca he sido miembro de ninguna empresa suya ni he tenido ningún puesto en ninguna empresa», se ha defendido.

Como era de esperar, durante su declaración, Peñas ha querido poner distancias en temas de contabilidad. Y ha sostenido que «Con el señor Correa jamás hablé de la contabilidad», al mismo tiempo que ha hecho hincapié en que se ha enterado de todo ello durante la instrucción de la causa. No obstante, ha recordado y reconocido lo declarado por el empresario en este juicio, en el que destacó que era «cien por cien cierto» que Correa llevó maletines con dinero tanto a la casa del extesorero del PP Luis Bárcenas como a la sede nacional del PP, en la calle Génova de Madrid.

En este sentido, ha explicado que ese «capital», dinero «en cash», era referente a las obras que le adjudicó el Ministerio de Fomento, entonces dirigido por Francisco Álvarez-Cascos. «Se supone que cuando llevas ese dinero es para que se quede ahí, para que el partido se financie con ese dinero», ha apuntado.

Peñas también ha afirmado que grabó más de las 80 horas  que entregó a la Policía y que dieron el inicio a la investigación de esta causa. Ha mantenido que eliminó algunas de ellas porque llegó a la conclusión de que no se debían aportar audios que recogían temas íntimos, el «aspecto negro de algunas personas» o por que, a su juicio, no aportaban nada «del tema político, ni empresarial».

LO PASÓ MAL AL VERSE IMPUTADO

Por último, Peñas ha recordado cómo se produjo su imputación en abril de 2009 y ha destacado que pasó «un trago malísimo» ya que acudió al Tribunal Superior de Justicia de Madrid a declarar de forma voluntaria cuando se encontró con que se le acusaba.

Ha destacado que fue para él una sorpresa y que no se le leyeron sus derechos constitucionales hasta el término de su comparecencia que se prolongó durante cinco horas.

Peñas se enfrenta a una petición de 6 años y 5 meses de cárcel, porque la Fiscalía sospecha que se benefició con 32.000 euros de la red, aunque sí solicita la atenuante de colaboración con la justicia.

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