El policía acusado de disparar a los asaltantes de su vivienda dice que actúo como mejor supo para defender su vida
Concentración de la plataforma 'Justicia para Casimiro' a las puertas de la Audiencia de Sevilla en apoyo a Casimiro V.M., juzgado por la Sección Tercera en la Audiencia Provincial de Sevilla por herir a cuatro individuos que asaltaron su casa en marzo de 2011.

El policía acusado de disparar a los asaltantes de su vivienda dice que actúo como mejor supo para defender su vida

La Fiscalía pide 16 años de cárcel para este expolicía local de Sevilla por tres delitos de lesiones
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29/4/2019 16:54
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Actualizado: 24/3/2022 10:47
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Casimiro V.M., el exagente de la Policía Local de Sevilla acusado de lesionar y disparar a cuatro personas que asaltaron su vivienda en 2011, ha asegurado hoy en el juicio que actuó «como mejor supo y pudo» para defender su vida, la de su pareja sentimental y su propiedad «sin querer hacer daño a nadie».

Así lo ha manifestado en la última sesión de esta causa, que juzga la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Sevilla, en su derecho a la última palabra.

Los cuatro asaltantes también están encausadas por asaltar la vivienda. Tres de ellos resultaron heridos por arma de fuego y otro quedó lesionado tras una pelea con el exagente.

Casimiro V.M. ha señalado que siempre declaró «lo mismo» en sede policial y sede judicial, y que siempre «hizo y aportó» con todo lo que se le solicitaba en el proceso.

Por ello, ha lamentado que durante la causa «se haya querido tratar que existan dos momentos de los hechos» -uno dentro de la casa y otro fuera de la misma, pero dentro de la parcela- al entender que su casa y su parcela constituyen una «vivienda indivisible».

También ha destacado que los asaltantes -también encausados- tuvieron hasta cinco momentos para deponer su actitud e irse de su propiedad «y no lo hicieron», por lo que ha señalado «no ser responsable» de lo acaecido aquella noche de autos y que actúo «según su instrucción como policía» y con el «miedo» de que su vida y la de su pareja corría peligro.

Su abogado, Luis Romero, ha indicado en la exposición de sus conclusiones que su cliente «ya ha sufrido bastante estos ocho años» y que el incidente ha dejado secuelas que le impiden desarrollar su vida profesional. 

Ha reclamado una sentencia absolutoria con la eximente completa de legítima defensa, la eximente de miedo insuperable, y la eximente de cumplimiento del deber «ya que quiso inutilizar el vehículo de los asaltantes» y su llamada al 112 y a la central de transmisiones «fue determinante» para detener a los presuntos asaltantes «durante su huída».

La Fiscalía pide 16 años de cárcel para Casimiro V.M. por tres delitos de lesiones e indica que no ve delito en las lesiones producidas a Raúl P.R. al concurrir la eximente de legítima defensa.

Inicialmente pedía 20 años y la ha rebajado al entender que se le debe aplicar la eximente completa de legítima defensa en este caso.

También solicita penas de cárcel para los cuatro asaltantes: Iván P.R., Julio R.F., Raúl P.R. y Esmeraldo F.R.

Para los dos primeros pide tres años de prisión por un delito de robo con violencia e intimidación, y para los otros dos solicita cinco años, por el mismo delito.

LO DICHO POR DOS ACUSADOS DE ASALTAR LA VIVIENDA 

También han hecho uso del derecho a última palabra Julio F.R., uno de los acusados de asaltar la vivienda, y el presunto asaltante Raúl P.R.

 Julio F.R. ha lamentado de que «varios testigos y los medios de comunicación» le metan «en el mismo saco» con el resto de acusados. Ha resaltado que no tiene antecedentes, que «en su vida no ha hecho nada malo a nadie», y que como consecuencia de los hechos ha perdido su vida anterior «que no se la va a devolver nadie» dada las secuelas físicas y psicológicas y que desde el día de los hechos «vive en un centro de rehabilitación de discapacitados».

También ha dicho que está estudiando porque «jamás» podrá valerse para trabajos que requieran de actos físicos.

Raúl P.R. ha manifestado que «siempre ha declarado lo mismo en el proceso», por lo que en la vista oral «sólo ha ampliado datos» ya que ahora podía hacerlo «porque estaba fuera de la cárcel y ya se aseguraba de no poner riesgo a su familia».

Ha subrayado que entró en la parcela «con el consentimiento» de Casimiro V.M. y que este le ha dejado una cicatriz «para toda la vida».

El exagente le dio un mordisco en la nariz.

‘CASIMIRO ES UN HÉROE’, DESTACA SU ABOGADO

El abogado de Casimiro V.M. ha manifestado en la exposición de sus conclusiones que su cliente «es un héroe» y que tiene la convicción de «que actúo en legítima defensa y con un miedo insuperable» por lo que ha vuelto a solicitar la libre absolución para su defendido.

Ha relatado que éste se encontraba durmiendo aquella madrugada del día de los hechos, cuando tuvo que hacer frente a un ataque de los presuntos asaltantes, con una pelea «feroz y de extrema violencia» contra Raúl P.R. y «escuchando continuamente los gritos de ‘dispara y mátalo'», lo que le dejó «malherido» y con «un miedo insuperable» lo que le obligó a defender su vida «como mejor pudo».

El letrado ha señalado que varios peritos han apuntado que cuando disparó a las ruedas de la furgoneta de los asaltantes para inutilizarla «podría tener la visión periférica afectada por las circunstancias, no existía luz diferente y que el propio Casimiro no era un tirador con experiencia» hizo que fallara los tiros y éstos impactaran contra la chapa del vehículo.

Además, ha aludido a los informes forenses que señalan que Casimiro y su pareja «tienen diagnosticado un síndrome de estrés postraumático» como consecuencia del suceso.

También ha hecho referencia a la declaración del Jefe de la Brigada de la Policía Judicial de Dos Hermanas (Sevilla) que indicó que «era lógica» la actuación de Casimiro V.M. ante «una situación de indefensión» ante «asaltantes con un amplio historial delictivo».

LAS CONCLUSIONES FINALES DE LA FISCALÍA

El fiscal señaló en la exposición de sus conclusiones finales que conocer la verdad material de los hechos resulta «muy complicado» ante la situación de que los encausados han cambiado las versiones «adaptándolas a los hechos objetivos que se han ido conociendo» posteriormente y que se han incurrido «en varias contradicciones».

Con todo, el representante de la Fiscalía manifiesta que ha quedado «más que contrastado» que en la noche de autos se produjo un robo con violencia, toda vez que la versión de los asaltantes que sostienen que acudieron a la vivienda de Casimiro para cobrar una deuda «ya sea de un tema de drogas como dijeron en la instrucción o unos motores de lanchas como dijeron en la vista oral» es una cuestión «que cae por sí sola».

El fiscal señala que no han presentado ninguna prueba ni ningún testigo «que apoyen esa tesis» y que durante la vista ha quedado patente que se forjó un acceso a la vivienda «donde consta una huella de Raúl P.R. en el marco de una puerta» y que un elemento de valor como es un ordenador portátil fue sustraído por Julio R.F. lo que prueba que el robo es «consumado».

Indica que hay que diferenciar dos momentos en la noche de los hechos, por un lado lo que sucede en el interior de la vivienda y lo que ocurre en el exterior.

El primer momento es cuando Casimiro se despierta, va al salón y se encuentra con dos asaltantes y se inicia el forcejeo con Raúl P.R., «que convierte el robo con fuerza y robo con violencia», en el que ambos se mordieron y el asaltante quedó peor parado al perder una parte de su nariz.

Para el Ministerio Público, las lesiones producidas por el exagente en este forcejeo corresponden a una respuesta «a un riesgo inminente y sorpresivo» por lo que cabría aplicarle la eximente completa de legítima defensa.

Con respecto al segundo momento, el fiscal entiende que Casimiro V.M. se zafa del asaltante y va en busca de su arma reglamentaria con el objetivo de que no escapen los asaltantes.

Señala que el exagente «no responde a un peligro actual ni inminente», sino que va «rondando» por su propiedad en busca de los asaltantes y que cuando encuentra el vehículo de los mismos dispara 11 tiros contra él «tanto dentro de su propiedad como fuera».

Igualmente, duda de la intención de Casimiro de disparar a las ruedas del vehículos porque «tal y como se ve en el informe pericial ninguno de los disparos no está ni cerca de las ruedas».

Además, señala que no ha quedado constatado la existencia de que los asaltantes tuvieran un arma de fuego «ya que no se encontró la misma, no se encontró vainas ni cartuchos y es muy dudable que los asaltantes heridos tuvieran tiempo de pararse a deshacerse de ella».

El fiscal considera que las medidas de defensa de Casimiro fueron «desproporcionadas» y que para intentar detener a los asaltantes «hubiera sido mejor que disparara al aire o que apuntase sin disparar».

Además, indica que no cabría considerar como atenuante que el propio Casimiro actuara bajo los efectos de un «miedo aterrador» ya que en su condición de profesional de la Policía Local «estaba preparado para situaciones análogas», ni que tampoco fuera un arrebato, ya que «tuvo tiempo para poder coger su pistola y buscar a los asaltantes».

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