Dos mujeres y un hombre, los tres favoritos a ocupar las vacantes de la Sala de lo Penal del Supremo
Eduardo de Porres, Susana Polo y Carmen Lamela, los tres favoritos a la Sala de lo Penal del Supremo.

Dos mujeres y un hombre, los tres favoritos a ocupar las vacantes de la Sala de lo Penal del Supremo

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24/7/2018 01:00
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Actualizado: 24/7/2018 09:05
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Se presentaron 34 candidatos a las tres plazas vacantes de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo. De entre ellos se seleccionaron 19. Y de ese abanico los 20 vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y su presidente, Carlos Lesmes Serrano, tienen que escoger a los elegidos en el Pleno que tiene que tener lugar esta mañana.

La quiniela de Confilegal, que se basa en la consulta a diferentes fuentes inmersas en las negociaciones en estos días, apuesta por dos mujeres y un hombre: Susana Polo García, de 58 años, magistrada de la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, Carmen Lamela Díaz, de 57 años, titular del Juzgado Central de Instrucción 3 de la Audiencia Nacional, y Eduardo de Porres Ortiz de Urbina, de 61 años, presidente de la Audiencia Provincial de Madrid.

Actualmente, la Sala de lo Penal cuenta con 12 magistrados. De ese número, 11 son hombres y una es mujer, Ana Ferrer.

Por esta razón, desde el principio de la convocatoria se preveía que, al menos 2 de los 3 puestos, serían ocupados por magistradas, para equilibrar su composición, que es, precisamente, lo que va a ocurrir.

Eduardo de Porres tiene la ventaja de que ha formado parte del grupo de magistrados que aprobaron los exámenes de especialización de la jurisdicción penal en 2011.

Dichas pruebas fueron anuladas en 2013 por el Tribunal Supremo, en respuesta a sendos recursos interpuestos por varias asociaciones judiciales, que argumentaban que no podían haber otros especialistas que los de contencioso-administrativo, social y mercantil.

En esta convocatoria el haber aprobado esas pruebas es considerado un «mérito cualificado».

Aunque no es especialista, este hecho justificaría su elección, porque los tres puestos pertenecerían a magistrados especialistas, tal como ha denunciado públicamente el magistrado Eloy Velasco, uno de los 6 que actualmente poseen esa mérito cualificado y reconocido.

Lamela, por el contrario, no es especialista en esta jurisdicción, pero lleva tiempo.

Además, ha sido la jueza instructora del caso «procés» en la Audiencia Nacional y la que ha procesado al exmayor de los Mossos d’Esquadra y a la cúpula política, por su papel en los acontecimientos sucedidos el 20 y el 21 de septiembre y el referéndum del 1 de octubre.

Lamela y Polo tienen, además, la etiqueta de «progresistas».

La primera no pertenece a ninguna asociación. Es independiente, aunque trabajó de asesora de José de la Mata, su compañero del Juzgado Central de Instrucción 5, cuando ejerció el cargo de director general de Modernización en el Ministerio de Justicia de Francisco Caamaño, durante el último tramo del mandato como presidente de Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

Su trabajo, en la instrucción del «procés» -admirado por unos y por otros-, augura una gran dosis de consenso en torno a su candidatura.

La segunda pertenece a Juezas y Jueces para la Democracia (JJpD) y es una especialista en violencia de género.

De Porres, por el contrario, tiene la etiqueta «de conservador». Pertenece a la Asociación Profesional de la Magistratura (APM). El acuerdo, con estos nombres, no resultará difícil.

¿BERBEROFF, QUINTANA O DE MATEO?

Para el otro puesto en liza, el de magistrado de la Sala de lo Contencioso-Administrativo, las cosas no están tan claras. Todo depende de cómo se divida el voto.

El voto en el Pleno del CGPJ está dividido en dos partes: 11 votos por el lado conservador (10 vocales más el presidente) y 9 por el lado progresista.

Si todo fuera simple matemática, el elegido sería Dimitri Berberoff, el director del Gabinete Técnico del Tribunal Supremo, magistrado especialista de lo contencioso-admistrativo, de 48 años. Porque contaría con los 11 votos. Pero no es ese el caso.

Todo dependerá de cómo vote el lado progresista. Si opta por hacerlo en bloque por Juan Pedro Quintana, de 56 años, presidente de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, miembro de la Asociación Judicial Francisco de Vitoria y uno de los profesionales más respetados de su campo, posiblemente saldría. Porque se apoyarían dos magistrados del «otro lado», a los que sirvió bien y eficazmente cuando ejerció la jefatura del Gabinete Técnico de la Sala Tercera: Rafael Fernández Valverde y Wenceslao Olea.

Si, por el contrario, los progresistas deciden apoyar a Fernando de Mateo, de 58 años, miembro de JJpD, el voto, con toda seguridad, se dividiría con Quintana, y el beneficiado sería Berberoff.

Todo un encaje de bolillo que encontrará su desenlace en las próximas horas.

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