José Cobo (AEGC): ‘Los guardias civiles seguimos acosados en Cataluña’  
José Cobo, secretario nacional de prensa de la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC).

José Cobo (AEGC): ‘Los guardias civiles seguimos acosados en Cataluña’  

Ante el "acoso" independentista, "muchos" guardias civiles han cambiado de colegio a sus hijos y "varias decenas" se han ido de la región
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19/2/2019 17:10
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Actualizado: 08/3/2021 13:07
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José Cobo, secretario nacional de prensa de la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC), ha alertado de que los guardias civiles destinados en Cataluña y sus familias siguen sufriendo «el acoso y el odio» de los independentistas.

Cuenta que aunque ya ha pasado más de un año del referéndum ilegal del 1-0, en el que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, «acatando las órdenes de una juez», cumplieron con su mandato de impedir la apertura de los colegios electorales, los guardias civiles continúan siendo «el centro de sus ataques y de su odio».

Informa que el último ataque tuvo lugar en la madrugada del lunes en el Cuartel de Vic (Barcelona), donde los agentes y sus familias se levantaron con sus viviendas pintadas de amarillo.

Así amaneció la Casa Cuartel de Vic el lunes, atacado con pintura amarilla, como el domicilio del magistrado del Tribunal Supremo, Pablo Llarena.

José Cobo denuncia que «los CDR se están convirtiendo, gracias al apoyo, unas veces silencioso por parte de la administración catalana y otras a través de determinados medios de comunicación, en los dueños del día a día de las calles catalanas».

«Ellos marcan el ritmo, ellos deciden cuando se puede circular por sus carreteras y autopistas, y ellos son los que se encargan de marcar, como hicieron los nazis con los judíos, a los guardias civiles que aún permanecen en Cataluña», expresa.

Cobo recuerda que los separatistas no han dudado llevar ese «acoso» a los colegios y a la Universidad, y a las puertas de las propias viviendas de los agentes.

Destaca que «éstos son los mismos que exigen al Estado español respeto a los derechos humanos», y se pregunta «dónde queda su respeto a los derechos humanos de los menores que viven en el Cuartel de Vic, el mismo que en 1991 sufría el cruel golpe de ETA que causó 10 muertos, cinco menores, y 44 heridos».

En la AEGC están «muy preocupados por cómo puede afectar este acoso a las familias» de sus compañeros y a ellos en su vida diaria.

Anuncia que se personará en cualquier causa que se abra ante un acto que menoscabe los derechos de los guardias civiles y sus familias.

Ya está personada como acusación particular por los sucesos ocurridos tras el 1 de Octubre en diferentes institutos de Barcelona, y está a la espera del recurso de apelación que se encuentra en la Audiencia Provincial de Barcelona.

Los ataques a los agentes se amontonan, y ante el «acoso» independentista, «muchos» guardias civiles han cambiado de colegio a sus hijos y «varias decenas» se han ido de la región, “una decisión que muchos otros también se plantean”, según ha informado recientemente a Confilegal la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC).

La AEGC explica que “pese a que la tensión que siguió al referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017 no se ha repetido”, “persiste un estado de aislamiento que ha forzado a muchos agentes a modificar sus hábitos normales como ciudadanos”.

“Incluso en costumbres tan cotidianas como entrar a una cafetería o cualquier otro establecimiento comercial, los guardias civiles y sus familiares evitan frecuentar determinados lugares”, detalla.

Además, la AUGC informa que “la dificultad de trabajar y vivir en zonas donde buena parte de la población muestra una clara hostilidad hacia los agentesha provocado incluso casos de guardias civiles y familiares que han necesitado ayuda psicológica y la siguen solicitando ante nuevas situaciones a las que se van enfrentando”.

Una muestra de los ataques que se han producido en los últimos meses:

El cuartel de la Seu d’Urgell, en la provincia de Lérida, fue atacado en la madrugada del 12 al 13 de enero.

Coche de un guardia civil atacado en un parking de Lérida.

Casa cuartel de Berga (Barcelona), atacada en el aniversario del 1-0.

El cuartel de la Guardia Civil en la calle Travessera de Gracia, de Barcelona, también fue pintado hace unos meses.

También se producen movilizaciones de independentistas frente a casas cuartel, como la que tuvo lugar el pasado 4 de octubre en Calella (en Barcelona), donde unos 400 separatistas se plantaron al grito de “fuera las fuerzas de ocupación” y llamándolos “torturadores”, entre otras cosas.

Además, el pasado septiembre, en una manifestación de guardias civiles y policías, independentistas insultaron y dieron empujones, patadas, golpes a los manifestantes. A uno incluso le rompieron la nariz.

El policía de Sevilla al que un separatista le rompió la nariz tras la manifestación de la asociación Jusapol en Barcelona el pasado 29 de septiembre. Foto: Jusapol Alcalá de Guadaíra

A esto se suma la situación que padecen los hijos de los guardias civiles en los centros educativos.

Por ejemplo, el pasado diciembre, en el árbol de Navidad de la Facultad de Medicina y Enfermería de la Universidad de Gerona fue colgada una tarjeta con el deseo “matar a guardias civiles”, y que en septiembre apareció un muñeco de la Guardia Civil ahorcado junto al lema “Pim, pam, pum, que no quede ni uno” en la Universidad Autónoma de Barcelona.

La plataforma ‘Societat Civil Catalana’ alertó ayer en las redes sociales de este muñeco de la Guardia Civil y pancarta «amenazante» con los que había aparecido la Universidad Autónoma de Barcelona./ SCC

La AEGC y la AUGC señalan que esta situación lamentablemente recuerda a la que llevan viviendo los agentes en Euskadi y Navarra desde hace décadas.

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